En el mundo laboral, es fundamental conocer los elementos esenciales de un contrato laboral para garantizar una relación laboral justa y equitativa. Comprender los aspectos básicos de un contrato laboral es crucial para proteger tus derechos, entender tus obligaciones y evitar conflictos innecesarios.
¡Vamos por partes! En las 2 primeras secciones de esta guía, hay algo súper importante que deberíamos tener claro: aunque cada contrato pueda tener particularidades, existen disposiciones legales que deben estar presentes en todo contrato laboral. Conocer estas disposiciones, tanto para empleadores como para trabajadores en Colombia, es fundamental para asegurarnos de que todo marche según las leyes.
En las últimas 2 secciones, exploraremos los tipos de contrato laboral más comunes en Colombia, con ejemplos prácticos. Entender cada uno nos permitirá tener una visión más clara de cómo operan las relaciones laborales en distintos contextos.
Vamos a hablar un poco sobre lo que un empleador tiene que tener en cuenta.
Obligación de pago: Aquí, no hay mucho que discutir. Un empleador tiene que pagar el salario que se acordó, y hacerlo puntualmente en las fechas pactadas.
Afiliación a la seguridad social: Es una regla de oro. Si tienes trabajadores, debes afiliarlos al sistema de salud, pensiones y riesgos laborales. No hay vuelta de hoja.
Prestaciones sociales: Esto incluye cosas como cesantías, sus intereses, la prima de servicios, las vacaciones y las dotaciones. Es parte de lo que un trabajador espera al prestar sus servicios.
Respeto a la jornada laboral: Imagina trabajar horas y horas sin fin. No está bien, ¿verdad? Por eso no se puede pedir a un trabajador que trabaje más allá de lo pactado sin ofrecerle una compensación extra y sin exceder la jornada máxima legal.
Ambiente de trabajo seguro: Nada de poner en riesgo la salud o la seguridad del trabajador. Las condiciones de trabajo deben ser seguras y adecuadas.
No discriminación: Aquí, todos somos iguales. No importa el género, la raza, la religión, la orientación sexual o cualquier otra cosa. La equidad es la clave.
Capacitación: Si un empleo necesita ciertas habilidades o conocimientos, en algunos casos, el empleador tiene que asegurarse de que su trabajador reciba la formación necesaria.
Y así, en términos sencillos, estas son las reglas básicas que cualquier empleador debe seguir. Es una cuestión de respeto y responsabilidad.
Ahora, hablemos de la otra cara de la moneda: los trabajadores. Al igual que los empleadores, ellos también tienen sus derechos y obligaciones.
Derecho a recibir salario: Es básico, pero vale la pena mencionarlo. Cada trabajador espera, y con razón, recibir su salario completo y puntual, además de las prestaciones que le corresponden.
Derecho a la afiliación a la Seguridad Social: No es solo un derecho, es una necesidad. Todo trabajador debe estar afiliado a los sistemas de salud, pensiones y, por supuesto, riesgos laborales.
Derecho a un ambiente de trabajo adecuado: Nadie quiere trabajar en un lugar que ponga en peligro su bienestar. Por eso, los trabajadores pueden y deben exigir condiciones laborales seguras.
Respetar horarios y deberes: No todo es recibir; también hay que dar. Es fundamental cumplir con los horarios, la jornada laboral y las responsabilidades del contrato.
Confidencialidad: En algunos trabajos, la información es poder. Y si un trabajador tiene acceso a datos sensibles de la empresa, debe mantenerlos bajo llave, metafóricamente hablando.
Derecho a no ser discriminados: Todos queremos un trato justo y equitativo. En el trabajo, cada trabajador tiene el derecho de ser tratado con igualdad y sin discriminación de ningún tipo.
Derecho a la formación: Si un trabajo requiere habilidades específicas, el trabajador tiene derecho a recibir la formación necesaria.
Es como una balanza, ¿ves? Por un lado, los derechos, y por el otro, las obligaciones. Lo importante es que ambas partes se mantengan en equilibrio para que todo funcione como debe ser.
Exploremos estos diferentes tipos de contratos. Entender cada uno nos permitirá tener una visión más clara de cómo operan las relaciones laborales en distintos contextos.
1. Contrato a término fijo
Es aquel que tiene una duración determinada y especificada desde el inicio. No puede ser superior a tres años pero es renovable indefinidamente. No obstante, si el término fijo es inferior a 1 año, únicamente podrá prorrogarse sucesivamente el contrato hasta por 3 períodos iguales o inferiores, al cabo de los cuales el término de renovación no podrá ser inferior a 1 año, y así sucesivamente.
Ejemplo: Un profesor contratado por un semestre o año académico en una institución educativa.
2. Contrato a término indefinido
Este tipo de contrato no tiene una fecha de terminación específica. El contrato a término indefinido tendrá vigencia mientras subsistan las causas que le dieron origen, y la materia del trabajo. Con todo, el trabajador podrá darlo por terminado mediante aviso escrito con antelación no inferior a 30 días.
Ejemplo: Trabajos que comúnmente se rigen bajo un contrato a término indefinido son contadores, gerentes, directores, entre otros, que forman parte del funcionamiento cotidiano de la empresa.
3. Contrato por obra o labor determinada
Se celebra para la ejecución de una obra o labor específica, y termina con su realización.
Ejemplo: Un programador contratado para desarrollar una aplicación o software específico hasta su finalización.
4. Contrato ocasional, accidental o transitorio
Es aquel que se celebra para atender labores que, aunque están relacionadas con las actividades permanentes de la empresa, se requieren solo por un tiempo específico y no de manera constante. Su duración no puede ser superior a un mes.
Ejemplo: Empresas que organizan eventos y requieren personal adicional solo por la duración del evento, como camareros, montadores, personal de seguridad, entre otros.
Para ser más exhaustivos, existe una variedad más amplia de contratos, y algunos de ellos pueden tener subcategorías o especificidades según la naturaleza de la labor o el sector. Acá de dejo algunos ejemplos:
1. Contrato civil por prestación de servicios
Aunque no es un contrato laboral en sentido estricto, es común en Colombia y se refiere a cuando una persona se compromete a desarrollar una actividad o proyecto específico sin que medie subordinación y, en general, sin un horario fijo. La persona que trabaja mediante esta modalidad es responsable de pagar sus propias prestaciones y contribuciones a la seguridad social.
Ejemplo: Un experto en un área específica puede ser contratado bajo esta modalidad para brindar asesoría, como por ejemplo un abogado.
2. Contrato de aprendizaje
Este es un acuerdo especial, por medio del cual una persona natural se compromete a prestar un servicio personal a cambio de que la otra le proporcione la oportunidad de aprender un oficio, arte, ocupación o actividad. Está regulado por el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA).
Toda empresa privada que realice cualquier tipo de actividad económica diferente al sector de la construcción, y que tenga 15 o más trabajadores, debe realizar un 1 contrato de aprendizaje por cada veinte 20 trabajadores y un 1 contrato adicional por fracción entre 10 y 20 colaboradores.
Ejemplo: Jóvenes que están aprendiendo sobre gestión administrativa pueden asumir roles en empresas, apoyando en labores como digitación, atención al cliente, gestión documental, entre otros.
3. Contrato de trabajo a domicilio
Hablamos de alguien que, desde la comodidad de su hogar y en ocasiones con el apoyo de su familia, brinda servicios remunerados para un empleador. Cabe destacar que en esta definición no se hace referencia al uso de tecnologías o herramientas digitales para llevar a cabo sus labores.
Ejemplo: Una persona que realiza prendas de vestir o arreglos en su propio hogar para una tienda o empresa de moda.
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Los contratos laborales en Colombia no son meros documentos, sino reflejos de compromisos entre empleadores y trabajadores, delineando derechos y responsabilidades. Cada tipo de contrato responde a distintas necesidades y contextos del mercado laboral, desde relaciones a largo plazo hasta proyectos específicos. Es esencial que ambas partes comprendan y respeten estos acuerdos, no solo para cumplir con la ley, sino para construir un entorno laboral equitativo y transparente. En esencia, estos contratos son la brújula que guía y fortalece el tejido laboral colombiano.
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