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Como dice el refrán, justicia demorada es justicia denegada. Sin embargo, la justicia no solo se demora sino que también se niega cuando no se conoce...
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5 minutos de lectura
Gloria García
Oct 2, 2025 2:07:48 PM
El litisconsorcio es, básicamente, cuando varias personas van juntas en la misma demanda (como demandantes o demandados) porque el tema las afecta de una u otra forma. Entenderlo es clave para no perder tiempo ni dinero: si alguien que debía estar en el proceso no fue incluido, el juez puede parar el caso, anular actuaciones o dictar una sentencia que no te sirva.
Piensa en el litisconsorcio como en armar un equipo: a veces todos los jugadores son indispensables; otras, puedes jugar con los que tengas; y en ciertas ocasiones hay alguien que podría entrar, pero si no entra, igual el resultado lo afecta.
En el mundo legal, estas personas se llaman "litisconsortes" y pueden estar tanto del lado de quien demanda como del lado de quien es demandado.
La ley colombiana reconoce tres formas diferentes en las que las personas pueden participar juntas en un proceso legal, cada una con sus propias reglas y características. Veámos:
Litisconsorcio necesario
Este tipo de litisconsorcio es como un equipo donde todos los jugadores son absolutamente indispensables para poder jugar el partido. No puedes empezar el juego si te falta aunque sea uno solo, porque las reglas no lo permiten y el resultado no sería válido. En términos legales, significa que hay situaciones donde todas las personas involucradas DEBEN participar en el proceso, sin excepción.
¿Cuándo ocurre esto? Cuando los derechos o las obligaciones están tan entrelazados que es imposible resolver el problema sin que todos estén presentes. El ejemplo más claro es una herencia: si hay cinco herederos de una propiedad, los cinco deben participar en el proceso de sucesión. ¿Por qué? Porque los derechos de uno afectan directamente a los otros.
Imagina que solo cuatro de los cinco herederos participan en el proceso y deciden repartirse la herencia entre ellos. Cuando el quinto heredero aparezca más tarde queriendo su parte, ya no habrá nada que repartir. Por eso la ley exige que todos estén desde el principio.
Si un abogado presenta una demanda y olvida incluir a alguien que debe estar, el juez tiene la obligación de ordenar que se notifique a esa persona faltante para que participe en el proceso. Si no lo hace, la decisión final puede quedar coja o traer anulaciones.
Litisconsorcio facultativo
Este es completamente diferente al anterior. Aquí cada persona puede decidir libremente si quiere formar parte del equipo o jugar en su propio partido individual. Es como cuando varios jugadores pueden unirse para enfrentar al mismo rival, pero cada uno tiene la opción de hacerlo por su cuenta si prefiere.
En el litisconsorcio facultativo, los intereses de cada persona son independientes. Lo que le pase a uno no afecta necesariamente a los otros. Cada persona mantiene su autonomía y puede tomar sus propias decisiones durante el proceso.
La gran ventaja de unirse en un litisconsorcio facultativo es lo que los abogados llaman "economía procesal". En palabras sencillas, esto significa hacer las cosas de manera más eficiente: en lugar de tener diez procesos separados sobre el mismo tema, es mejor tener uno solo. Esto ahorra tiempo, reduce costos para todos los involucrados y evita que los jueces tengan que repetir el mismo análisis múltiples veces. Además, previene el riesgo de que diferentes jueces lleguen a conclusiones contradictorias sobre los mismos hechos.
Un ejemplo común sería cuando varias personas resultan lesionadas en el mismo accidente de tránsito. Cada víctima puede decidir si quiere unirse a una demanda colectiva contra el responsable o presentar su propia demanda individual. Si eligen unirse, todos se benefician de compartir los costos del proceso y de tener una estrategia legal coordinada, aunque cada uno mantenga sus propios derechos e intereses.
Otro caso muy común es el de las construcciones de edificios que quedan estancados. Imagina que compraste un apartamento sobre planos y la constructora dejó la obra abandonada a medio terminar, junto con otras cincuenta familias en la misma situación. Cada una de estas familias tiene su propio contrato de compraventa y ha pagado diferentes cantidades, por lo que cada comprador puede decidir libremente si quiere unirse con los demás para presentar una demanda colectiva contra la constructora (compartiendo costos de abogados y peritos), o si prefiere demandar por su cuenta. La decisión de uno no obliga a los demás, porque aunque todos están afectados por el mismo problema, cada persona mantiene su autonomía para elegir su propio camino legal.
Litisconsorcio cuasinecesario
Este tipo es el más complejo de entender, incluso para los abogados y jueces. Es como ser un jugador suplente: puedes elegir si entrar al partido o quedarte en la banca, pero el resultado del juego te va a afectar de todas formas porque eres parte del equipo.
Un ejemplo cotidiano que ayuda a entender esto es el de un edificio de apartamentos donde varios propietarios demandan para modificar el reglamento de propiedad horizontal porque tiene cláusulas obsoletas o problemáticas. Por ejemplo, quieren cambiar las reglas sobre el uso de las zonas comunes o sobre las mascotas. En este caso, los demás propietarios del edificio pueden decidir si quieren participar activamente en el proceso o no, pero cuando el juez modifique ese reglamento, la nueva versión aplicará para todos los copropietarios del edificio por igual, hayan participado en la demanda o se hayan quedado callados. Por eso cualquier propietario que inicialmente no demandó puede "entrar al partido" durante el proceso como litisconsorte cuasinecesario si quiere opinar sobre cómo deberían quedar esas nuevas reglas que, al final del día, van a regir su vida en el edificio.
Otro ejemplo práctico, un poco más complejo pero también frecuente, es el caso de los proyectos inmobiliarios que se manejan a través de fideicomisos. Imagínate que varios inversionistas ponen su dinero para desarrollar un edificio de oficinas. Una entidad financiera especializada, llamada fiduciaria, se encarga de administrar todo ese dinero como si fuera un fondo común.
Ahora, supongamos que cuando firmaste para invertir, el contrato no incluía una cláusula importante: qué hacer si el constructor o promotor del proyecto no está cumpliendo bien su trabajo y hay que removerlo. Es como si las reglas del equipo no dijeran qué hacer cuando el entrenador no está rindiendo.
En esta situación, cualquier inversionista puede demandar a la fiduciaria para exigir que se incluya esa cláusula faltante en el contrato, con procedimientos claros para cambiar al promotor o constructor si es necesario. Lo interesante es que no todos los inversionistas tienen que participar en esta demanda desde el principio, porque la fiduciaria es quien representa y administra los intereses de todos.
Sin embargo, y aquí está la clave del litisconsorcio cuasinecesario, cuando el juez decida cómo debe ser esa nueva cláusula, su decisión va a aplicar para todos los inversionistas del proyecto, hayan participado o no en el proceso legal.
Por eso, cualquier inversionista o beneficiario que inicialmente no participó en la demanda tiene la facultad de "entrar al partido" durante el proceso como litisconsorte cuasinecesario. Puede presentarse ante el juez para opinar sobre cómo debería redactarse esa cláusula o para defender sus propios intereses, aunque el proceso ya esté en marcha.
Es una situación bastante específica que no ocurre con frecuencia, pero cuando se presenta, la persona tiene la facultad de intervenir como litisconsorte si así lo desea.
En resumen:
Comprender esta figura legal puede ser crucial en muchas situaciones de la vida real. Te ayuda a saber cuándo puedes o debes actuar junto con otras personas en un proceso legal, y cuándo es mejor actuar por tu cuenta.
Por ejemplo, si estás involucrado en una situación donde varias personas tienen derechos similares, saber sobre el litisconsorcio te permitirá entender si es obligatorio que todos participen juntos o si cada uno puede tomar su propio camino legal.
Pero hay algo aún más valioso en todo esto: cuando las personas sin formación jurídica logran entender conceptos que inicialmente parecen complejos y técnicos, se empoderan para tomar decisiones estratégicas informadas sobre sus propios asuntos legales.
Ya no dependes únicamente de que tu abogado te diga "necesitamos incluir a todos" o "puedes demandar solo" sin entender realmente por qué. Conocer estos conceptos te permite evaluar tu situación, hacer preguntas más precisas a tu abogado, y participar activamente en las decisiones sobre tu estrategia legal. La educación jurídica básica no te convierte en abogado, pero sí te convierte en una persona más informada y capaz de proteger mejor tu patrimonio.
El litisconsorcio existe para hacer más eficiente el sistema judicial y para garantizar que los derechos de todas las personas involucradas sean protegidos adecuadamente. Entenderlo te dará una mejor perspectiva sobre cómo funciona la justicia cuando hay múltiples intereses en juego.
Si te encuentras en una situación donde podrías necesitar participar en un proceso legal junto con otras personas, es recomendable que consultes con un abogado para determinar qué tipo de litisconsorcio aplica en tu caso específico.
Recuerda que en algunos casos no tendrás opción de participar por separado, mientras que en otros sí podrás elegir. Esta diferencia puede tener implicaciones importantes en términos de costos, tiempo y estrategia legal.
¿Tienes dudas o te ha pasado algo similar? Si después de leer este artículo te quedaste con alguna pregunta sobre el litisconsorcio, o si estás viviendo una situación donde no sabes si deberías unirte con otras personas en un proceso legal, déjanos tu comentario aquí abajo.
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